martes, 9 de octubre de 2012

SUPERAR LOS MIEDOS EN LA RELACIÓN DE PAREJA.


Los cuentos románticos terminan con un “Fueron felices”, pero la verdadera historia comienza después. La relación de pareja, es dinámica y cambiante, tiene sus altibajos y, a veces, nos hace dudar. Amar no significa que no tengamos miedo o no haya dudas, sino en saber que juntos podemos superar cualquier dificultad.

Vengo regresando de ver una película “Lo contrario al amor”, del director Vicente Villanueva. Que me dejo reflexivo, me gusto mucho y se las recomiendo ampliamente, verla, no solo con la parte chusca y divertida, sino ampliando nuestra mirada. (Aclaro que esté artículo no es sobre la película).
La Mayoría de las historias que nos cuentan se quedan en la primera fase de la relación, el enamoramiento, mejor dicho en el encantamiento. Pero la verdadera historia inicia con la cotidianeidad, un proceso dinámico y en constante cambio que genera miedos sobre la convivencia de seguir o no juntos. El proyecto de construir una vida en común (bajo un mismo techo o en dos techos, como cada quien lo entienda), implica una experiencia compartida entre dos personas que pasan por fases –enamoramiento, cotidianeidad, lucha de poder, intimidad compartida- en las que el grado de motivación e intereses varía notablemente. En el primer momento de la relación, en el enamoramiento o encantamiento, suelen existir pocos miedos, ya que ambos experimentan mucha sexualidad en la mayoría de los casos y pocos problemas prácticos. En esa etapa, la pareja pone una serie de creencias y expectativas de diferente índole, de mitos relacionados con el amor que les lleva a idealizar al otro y, por tanto, a distorsionar la realidad.
Pasado algún tiempo, llegamos a la fase que hemos llamado de cotidianeidad y lucha de poder, en la que van desapareciendo las creencias idealizadas. Al caer de la nube en la que había instalado, la pareja se encuentra con la realidad de los problemas diarios, con las responsabilidades, con todo eso por lo que nuestros personajes de historias románticas no tuvieron la oportunidad de pasar. Suele ser el periodo en el que la pareja experimenta con mayor intensidad los miedos sobre si vale la pena seguir adelante. Puede aparecer en escena una tercera persona o puede pesar demasiado la frustración de las expectativas de los mitos románticos. De las soluciones que adopten frente a estas dudas dependerá en gran medida, la estabilidad y futuro de su relación.
Muchos personajes tienen la falsa creencia de que vivir en pareja es sinónimo de vivir siempre enamorados. Por eso cuando llegan a la etapa del compromiso, ante el desencantamiento del sentimiento inicial, experimentan dudas y añoran las intensas emociones del principio. Es en esta etapa donde vemos a muchos atorados que viven de la adrenalina de inicios. Es entonces cuando el terreno está  abandonado para que aparezca el nuevo amor, esa persona con la que volver a despertar los sentimientos románticos. Si aparece ese alguien, optan por terminar esa relación e inician una nueva. Obviamente esta experiencia durará el tiempo que tarden en llegar a la cotidianeidad. Pero como decía, a veces no hace falta una tercera persona sino que los miedos responden a la frustración de los mitos románticos construidos al principio. ¿Y cuáles son estos? “Si mi pareja me quisiera de verdad, sería capaz de anticipar mis necesidades, lo que siento y lo que pienso”. ¿Queremos una pareja o un adivino? Es importante saber comunicar nuestras necesidades de forma clara y precisa, sabiendo aceptar que es un auténtico placer que nuestra pareja sepa intuirnos y anticiparse en determinados momentos.
Continuara…

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