miércoles, 20 de noviembre de 2013

Como me siento Juzgado, Juzgo.

JUZGAR A LOS DEMÁS.

A lo mejor está pueda parecer una reflexión dominguera, partiendo de la base que eliminaría todo juicio, incluso hacia uno mismo, en una sociedad enferma de juicios, prejuicios, evaluaciones y auto evaluaciones constantes, como si la vida fuera un examen y como si el juicio fuera a cambiar la realidad. Aunque valdría aprender a aceptar las cosas como son, sin calificarlas.

Hoy propongo, si quieres limitar los juicios en tu vida, puedes empezar analizarte y reflexionar sobre  ti mismo cada vez que un juicio a lo ajeno se asomaba por tu cabeza.
Rápidamente, el afán por juzgar a los demás desaparece.
Antes de juzgar a los demás, júzgate a ti mismo.
·         Antes de tachar una acción de alguien como injusta, plantéate: ¿tú siempre eres justo? Es más. ¿Qué es ser justo o injusto?
·         Antes de decirle a alguien que está demasiado delgado o demasiado gordo, ¿te has mirado al espejo?
·         Antes de calificar a alguien de raro o peculiar, ¿seguro que tú eres “normal”? Recuerda que cada uno de nosotros es único, y por lo tanto peculiar. Tú también tienes tus rarezas.
·         Antes de considerar a alguien como extremista, si ves al otro en un extremo, ¿no será que tú estás en el opuesto? ¡Ah no! Que tu vida es la más equilibrada. O tal vez tú también vivas en el extremo. Pues yo diría que ni una cosa ni la otra, porque puede que simplemente no haya extremos. Quizá sólo existan diferencias, mayores o menores, nada más.
·         Antes de pensar que hacer deporte una hora y media cada día es una obsesión por el cuidado del cuerpo, ¿no podría ser también obsesivo estar sentado cuatro horas diarias delante del televisor?
·         Antes de reprochar a otro un error, si es que realmente lo fue, ¿qué pasa? ¿Tú nunca te equivocas?
·         En definitiva, antes de criticar a alguien gratuitamente por el mero hecho de juzgarlo y consecuentemente sentenciarlo, pregúntate en primera persona: ¿soy perfecto?

Cinco cosas que puedes hacer en vez de juzgar a los demás
En el plano de la vida material el hacer juicios está relacionado directamente con la sobre vivencia. ¿Puedo cruzar las vías antes que el tren? ¿Debo confiarle a este tipo todos mis fondos de retiro? Sin embargo, a nivel espiritual, el juzgar a los demás detiene todo crecimiento desde el principio.

 Cuando nos separamos de los demás a causa del juicio, no solamente bloqueamos la comunicación hacia los demás, sino que también bloqueamos el flujo de la vida hacia nosotros. ¿Cómo podemos romper con el hábito de juzgar a los demás? Aquí están cinco cosas que puedes hacer para lograrlo.
Empatía
Si logras imaginarte la situación que vive otra persona, te sentirás menos inclinado a juzgarla. ¡Inténtalo con firmeza!, “ahora comprendo por qué razón esa persona se comporta así”. En lugar de añadir más separación y coraje en el mundo, estarás cultivando la conexión y el entendimiento.
Bendícele
Hace tiempo trabajé con una mujer que trataba con clientes molestos todo el día. Con frecuencia la escuchaba decir suavemente: “que Dios le bendiga”. En cierta ocasión me dijo: “decirles esto es mejor que decirles lo que estoy tentada a decir”. Y su técnica funcionó muy bien. Siempre estaba serena, y los clientes molestos ya no le preocupaban.

Haz oración y/o meditación.
Cuando descubras que actúas como juez, comienza a orar por la persona a la que estás juzgando. Pídele a algo más grande que le dé a esa persona lo que deseas para ti y para los que amas. Después de todo, Dios ama a esta persona tanto como a ti. ¿Por qué no seguir el ejemplo de Dios e intentar amar también a la otra persona?

Mira al interior
Si te está molestando algún rasgo o actitud de otra persona, probablemente haya algo en ti de ese rasgo o actitud. Cuando alguien más acapara la atención, esto puede amenazar tu necesidad de atención. Quien está dominando emite una luz que opaca tu propio deseo de controlar la situación. En lugar de juzgar a los demás por su comportamiento, intenta examinar qué es lo que turba tu interior.

Si lo anterior falla, distráete.
Cuando alguien te saca el coraje, te sientes tentando a poner a esa persona en su lugar, sigue el juramento que realizan los practicantes de medicina de no hacer daño a nadie. Si no puedes musitar una bendición, manifestar tu empatía, o el amor, por lo menos puedes apartarte de esa situación y centrar tu atención en algo distinto. Tranquilízate un momento antes de juzgar.

Por último.

Recuerda siempre que el Juicio habla más de quien lo emite, que de quien lo recibe.

viernes, 9 de noviembre de 2012


ORDEN Y AMOR EN LAS RELACIONES DE PAREJA.

¿De qué dependen la felicidad y la sensación de plenitud en toda relación de pareja? “Del amor "- por supuesto. Bien, pero incluso contando con este amor (independientemente de lo que cada uno pueda entender bajo este concepto), una y otra vez existen relaciones que fracasan. 

En la vida cotidiana de las parejas proliferan roces y luchas de poder, heridas y desilusiones. Finalmente lo dejan; por lo visto no se trataba de la pareja ideal. ¿Será el próximo el hombre de sus sueños? ¿Vendrá la felicidad con la próxima mujer?

Obviamente, el amor sólo no es suficiente. Naturalmente se necesitan, además, los buenos detalles. Se trata de ser abierto y sincero, de cuidar el hábito de la conversación, de enfrentar juntamente los conflictos, etc. 

¿Pero aún hay algo más? ¿Qué se puede opinar de alguien que en relación con el amor pronuncia también la palabra orden?

Un antagonista del amor parece ser el orden. El orden en el amor - ¿no es ésta una contradicción evidente? ¿No es el orden más bien un estorbo para el amor? ¿No se intenta, mediante el orden, encasillar a los sentimientos? ¿Es correcto construir diques ordenados para poder resistir la marea de los sentimientos?

Pensar en conceptos opuestos como correcto y falso, sin embargo, no lleva muy lejos. La vida es un movimiento dinámico entre polos opuestos y entre contrastes. La verdad nunca puede encontrarse exclusivamente en un lado. Ambos polos y otros tantos más son verdaderos. El que únicamente mira un lado, excluyendo el otro, acaba siendo ideológico, independientemente de la fachada que encubra esta ideología. Si hasta ahora en la propia vida prevalecía un polo determinado, se recomienda, como contrapeso, tener en cuenta también el otro.

Si el orden pudiera servir de contraste válido para el amor, ¿de qué tipo de orden se está hablando? Seguramente no de aquél que, en caso extremo, obligaba a nuestros antepasados a seguir viviendo el uno al lado del otro, incluso sin amor, simplemente porque la sociedad y su orden así lo exigían. Ese orden antiguo está cayendo en pedazos. Basta con mirar las relaciones a nuestro alrededor: reina la confusión bajo muchas formas, y la estabilidad se encuentra cada vez menos. Y nosotros, los hijos de este caos, vivimos en medio de esta inseguridad, recibimos heridas y se las causamos a otros, continuando nuestros experimentos sin cesar.

¿Cómo puede lograrse el amor? Tales órdenes. ¿No podrían ser también fantasmagorías o el resultado de una visión conservadora del mundo? ¿No se trata, quizás, de alguien que infla su ideología para presentarla como verdad y doctrina, imponiéndola con la fuerza de su personalidad?

Este orden nos determina mucho más de lo que conscientemente sabemos. Por su gran importancia quisiera repetir este punto: ¡Este orden no es ninguna base ideológica! Exige, en cada caso concreto, una comprobación basada en las reacciones de los participantes. Así pues, mediante este trabajo, una y otra vez se logra traer a la luz lo oculto y hacer visibles las causas de determinados conflictos. La realidad aceptada es liberadora, disuelve las implicaciones en viejas ilusiones y abre el paso a la reconciliación. De esta manera, la perspectiva se amplía y, con ella, también la responsabilidad.

A la larga, una relación únicamente puede ir bien si en ella existe un equilibrio entre dar y tomar. Siempre que sólo es una parte la que da, se crean un desequilibrio y una tensión que nos apremian a buscar la compensación. En cuanto el otro devuelve algo, la tensión puede cesar. Si éste último da un poco más de lo que recibió, se mantiene una tensión buena en la relación.
            "La felicidad en una relación depende de la medida en que se toma y se da. Un movimiento reducido sólo trae ganancias reducidas. Cuanto más extenso sea el intercambio, tanto más profunda será la felicidad”. Sin embargo, existe una gran desventaja: la vinculación resulta aún más fuerte. “El que quiera la libertad, tan sólo puede dar y tomar muy poco y tan sólo puede permitir un intercambio muy reducido entre ambas partes."

            Aquellas relaciones en las que únicamente uno da, mientras que el otro tan sólo toma, corren el peligro de fracasar. En algún momento, uno de los dos ya no soporta el desequilibrio - ¡y puede ser muy bien aquél que recibió demasiado! - y se va.

Lo que vale para la compensación del bien, también es válido para la compensación del mal. En cuanto uno comete una injusticia con el otro, hiriéndolo, se desarrolla la misma necesidad de compensación. El autor debería ofrecer un sacrificio o algún tipo de satisfacción que aproximadamente corresponda a lo que hizo; así favorece la relación. También es correcto exigir la compensación. Para la compensación del mal resulta especialmente provechoso exigir algo menos que el otro hizo.

El que se considera demasiado noble para exigir la compensación, por ejemplo perdonando generosamente, daña la relación, ya que no resuelve la necesidad de compensación de una manera humanamente comprensible. Todo lo contrario, aún agrava el desequilibrio, ya que, por una parte, él es la víctima, se pone por encima del otro, perdonándole. Esta es una de las razones por las que Hellinger dice: Muchas veces, el que parece ser el bueno, en realidad es el malo.

¿Cómo puede darse la vinculación? La sexualidad unida al amor vincula. En cuanto dos personas hacen el amor - con amor -, se crea un vínculo, independientemente de si lo quieren o no, de si tenga sentido, corresponda, sea social mente aceptable, o no.

Este vínculo tiende a una unión duradera. Si uno quiere el matrimonio, pero el otro se niega, esta negación se vive como una herida que puede llevar al fracaso de la relación.
El que muchas veces se separa, poco a poco pierde la fuerte vinculación original con una pareja. Sin embargo, hay que distinguir claramente entre vínculo y amor.

Una y otra vez el amor fracasa. Unas parejas se separan, nuevas parejas se encuentran. ¿Cómo podemos enfrentar este hecho?

            "En la mayoría de los casos se acaba sin que ninguno de los dos tenga la culpa. Se termina porque cada uno, a su manera, está implicado, o porque uno se encuentra en otro camino o se ve llevado hacia otro camino. Quien, por lo contrario intenta determinar culpas, tiene la imagen o la ilusión de poder hacer algo, o que él o el otro simplemente tendrían que cambiar su comportamiento para que todo se arreglara. En vez de darse cuenta del alcance y de la profundidad de la situación, la atención se centra en las supuestas culpas y los reproches mutuos. La solución consiste en que ambos se entreguen a su dolor, a esa aflicción profunda porque todo ha pasado. .... En una separación, la cólera muchas veces sustituye el dolor de la aflicción."





EL AMOR ES POSIBLE SI LOS DOS RECONOCEN TENER CONCIENCIA.

 Si decimos "TE AMO" abrimos el corazón, tomamos el corazón de la otra persona. ¿Es este amor lo suficientemente fuerte? ¿Soportara las dificultades que vendrán más tarde?  ¿Será realmente este amor en el que se puede confiar? 
Si tu realmente sientes en tu alma y en tu corazón y sabes que eso no es verdad, algo más tiene que ser añadido para que sea el amor realmente fuerte, y les voy a sugerir una frase para que puedan entender que se necesita añadir: 
Si el hombre le dice a la mujer y la mujer le dice al hombre la siguiente frase; "TE AMO Y AMO TODO AQUELLO QUE NOS CONDUCIRÁ , en ese momento reconozco que yo y la otra persona seremos guiados por una fuerza más grande, una fuerza más grande que trasciende el amor personal.
Porque si una persona se ha unido para tener una relación, tiene la intención de hacer algo en común, y la mejor intención que tienen es un proyecto de vida juntos, porque no solamente serán una pareja, porque si tienen un proyecto de vida en común estarán ocupados en un esfuerzo común por muchos años, y esta tarea los junta, es la tarea más grandiosa que un ser humano puede emprender, y de esta tarea tendrán su más grande identidad, esta tarea los une más que el amor inicial, el amor de la pareja se profundiza más cuando ellos se vuelven independientes y a la vez uno, y tener una vida en común va a demandar más de ellos que simplemente ser una pareja, después de un tiempo algo se desarrolla entre ellos dos, que va más allá de la intención de ser simple pareja, ellos sienten que tienen que hacer algo más que esto, se sienten en sintonía con una tarea más grande y una creación más grande.

     Las personas comprende esto y mucho más, porque muchos escogen un movimiento así porque quieren alcanzar algo más allá que las maneras comunes, pero al final cada persona es guiada de una manera particular, aun si nos volvemos parte de un movimiento, se refleja la relación de una pareja, son movidos por un amor común y un propósito común, ellos también sienten que hay algo que los mueve más allá que esto, al final cada tarea es una tarea personal y cada vocación personal es única, eso significa que cada persona tendrá que pararse en sus propios pies. 

La perfección y el sentirse completos solo se alcanza de esa manera, cada persona es responsable por sí misma y cada uno está unido más allá de una manera única, y al final cada persona estará de pie por sí sola, uno(a) le dice al otro(a) "TE AMO Y AMO LA MANERA PARTICULAR QUE GUÍA TU VIDA, Y AMO LA MANERA PARTICULAR QUE GUÍA MI PROPIA VIDA", este amor será más duradero que el amor inicial que guía a uno con el otro y viceversa. Sentirás que tan amplio es este amor y profundo. Si yo le digo a mi pareja "TE AMO Y AMO LA MANERA COMO ERES GUIADO PARTICULARMENTE Y COMO SOY GUIADA PARTICULARMENTE". Estamos de acuerdo que amare a la otra persona aun cuando esta persona permanece o no unida a mí, o si esa persona se desarrolla de una manera diferente de como yo me desarrollo, entonces aquello que nos separa al uno del otro nos une de una manera particular, de una manera especial, este amor tiene fuerza y puede durar hasta el final.

     Estos son pensamientos difíciles de alguna manera, entonces puedes sentir lo que esto significa para ti y para las personas que tu amas; un hombre quiere a una mujer porque le hace falta y una mujer es atraída a un hombre porque le hace falta. Son atraídos porque les hace falta algo, si se unen, dan a su pareja lo que a la pareja le hace falta y toman de su pareja aquello que les hace falta.

Porque les hace falta algo son atraídos y un hombre sabe que nunca entenderá a su pareja y viceversa, entonces los dos saben que tendrán que mantenerse en su propia esfera y nunca podrán entender completamente a su pareja, realmente darse cuenta y reconocer que cada ser humano es completamente diferente en casi todo, necesitan aceptar las diferencias para poder tener éxito.

Generalmente en la pareja hay una tendencia a cambiar al otro, que la persona se convierta como uno. ¿Por qué queremos sobrepasar las diferencias de esta manera? ¿Qué le sucedió a la atracción original? Nada. Por esto es importante mantener las diferencias, el hombre debe permanecer ante su pareja hombre y la mujer, mujer. Eso es solo el comienzo, des afortunadamente hay algo en adición. El hombre viene de una familia particular y viceversa y estas dos familias difieren.

     Un ejemplo sencillo: Hay dos creencias diferentes en las dos familias, una musulmana y una cristiana, las dos familias tendrán valores, comportamientos diferentes, creencias, esperanzas y reglas diferentes, si el uno viene de una familia y el otro de otra familia. ¿Cómo se van a combinar? 

El musulmán no puede dejar de ser musulmán sin perder algo de su origen y el cristiano no puede convertirse en musulmán sin perder algo de su origen. Así como necesito reconocer que la mujer es diferente al hombre y viceversa, así debe reconocerse que las familias también son diferentes. 

En la conciencia en que vivimos cada familia considera que su familia es correcta y aun peor, considera que la suya es mejor que la del otro y hay pelea y conflicto, entonces los dos tratan de cambiar al otro de acuerdo a las reglas de su propia familia. Eso no es tan grave sino cuando viene el proyecto de vida. ¿Cómo será esa vida cotidiana de acuerdo a las reglas de una familia o de la otra? Y esto aplica aun para los que no son muy cercanos a sus respectivas familias de origen, ya que lo llevan en sí.

Y aquí la frase aplicada "TE AMO, AMO A LA FAMILIA TUYA COMO ES Y AMO LA GUÍA QUE ME GUÍA A TI PARTICULARMENTE". Tienen que estar de acuerdo que la otra familia tiene el mismo valor a pesar de que son diferentes. Eso quiere decir que tienen que dejar las ideas de aquellos que es bueno o malo y tiene que trascender las fronteras de su conciencia personal, porque en su familia los valores de la otra son menospreciados, pero ahora tendrán que reconocer que son tan buenos, en su conciencia tendrán que trascender las fronteras originales.

     El amor es solo posible si los dos reconocen tener conciencia, que si el cristiano reconoce que el musulmán es igual de bueno entonces tendrá conciencia, aun con respecto a su propia familia, si queremos permanecer inocentes como niños entonces el amor no tendrá éxito, y si nos aferramos a nuestra familia como la única correcta permaneceremos niños, nos volvemos adultos cuando podemos separarnos de nuestra propia familia de cierta manera."TE AMO Y AMO LA MANERA COMO TU ERES CONDUCIDO DE UNA MANERA PARTICULAR Y COMO YO SOY GUIADO DE UNA MANERA PARTICULAR", las diferencias no solamente son ignoradas sino reconocidas y el amor los une a las dos.


            


martes, 9 de octubre de 2012

SUPERAR LOS MIEDOS EN LA RELACIÓN DE PAREJA II


Muchas personas tienen la falsa creencia de que vivir en pareja es sinónimo de vivir siempre enamorados. Por eso, cuando llegan a la etapa de establecimiento del compromiso, ante el desencantamiento del sentimiento inicial, experimentan miedos y añoran la intensidad y la emoción del principio.
                     La pareja está para apoyarse y también para mostrar sus diferencias cuando las haya. Esto implica que debemos aprender a escuchar lo que nos gusta oír, pero también lo que no, ya que pueden ser cosas importantes para la relación.
                     “Si nos queremos, tenemos que estar juntos siempre y compartirlo todo”. Necesitamos tiempo individual dentro de la relación. Las actividades fuera de ella, relacionarse con otras personas sin necesidad de ir siempre acompañados de nuestra pareja, aporta aire fresco y experiencias que nutren la relación. Sé que esto pone vulnerable a muchas relaciones de pareja, ya que esta actitud de no siempre ir juntos, ha sido mal usado, no para relacionarse con terceros de una forma “sana”, sino para meter a terceros sexualmente.
                     “Mi pareja y yo debemos tener los mismos objetivos e intereses”. Perfecto en lo que respecta a la vida en común, aunque en otros ámbitos no tiene por que ser así. Como con los espacios personales, la diferencia de intereses puede nutrir de forma significativa la relación.
                     “La frecuencia del sexo no debe bajar nunca”. A lo largo de la relación habrá altibajos y no es nada malo sino consecuencia del estrés, cansancio, enfermedad, momentos difíciles, además de los cambios propios de la edad en cada uno…
                     “El amor se mantiene por sí solo, si decae es que ya no existe”. Todas las relaciones de pareja necesitan un trabajo profundo de mantenimiento para funcionar. En palabras del Psicólogo Alemán Erich Fromm, “El amor es un arte y como tal necesita de conocimiento y de técnica, aspectos los dos que se desarrollan con la práctica”.
                     No podemos dejar de sentir y, por tanto, siempre podemos sentir atracción personal y sexual por otras personas. No somos responsables de lo que sentimos, aunque sí de lo que hacemos por ello. Podemos comprometernos con nuestra pareja acerca de nuestra fidelidad, pero no en cuanto a nuestras sensaciones al relacionarnos con los demás. Porque el verdadero compromiso  de fidelidad sexual inicia con nosotros mismos, si no nos comprometemos con nosotros mismo ni nos somos fieles a nuestros sentimientos, emociones, pensamientos, fantasias, etc... Será una mentira hacerlo con nuestra pareja. Y para comprometernos con nosotros mismos, antes que ver al otro, hay que vernos tal como somos a partir de aquí, podremos ver al otro tal y como es y no desde nuestra imagen idealizada a la que le juramos y prometemos compromiso y fidelidad.
                La madurez de una relación de pareja radica precisamente en aceptar que haya miedos y en resolverlos de una forma conjunta.
                     Siempre es bueno abordar nuestros miedos con nuestra pareja de forma sincera y transparente, y eso requiere una fuerte capacidad de adaptación y flexibilidad por parte de ambos. Dejar la relación de pareja para plantearnos y resolver nuestras dudas no significa el fin del amor sino el acceso a una intimidad constructiva, una fase de compromiso a la que no todas las parejas llegan.

SUPERAR LOS MIEDOS EN LA RELACIÓN DE PAREJA.


Los cuentos románticos terminan con un “Fueron felices”, pero la verdadera historia comienza después. La relación de pareja, es dinámica y cambiante, tiene sus altibajos y, a veces, nos hace dudar. Amar no significa que no tengamos miedo o no haya dudas, sino en saber que juntos podemos superar cualquier dificultad.

Vengo regresando de ver una película “Lo contrario al amor”, del director Vicente Villanueva. Que me dejo reflexivo, me gusto mucho y se las recomiendo ampliamente, verla, no solo con la parte chusca y divertida, sino ampliando nuestra mirada. (Aclaro que esté artículo no es sobre la película).
La Mayoría de las historias que nos cuentan se quedan en la primera fase de la relación, el enamoramiento, mejor dicho en el encantamiento. Pero la verdadera historia inicia con la cotidianeidad, un proceso dinámico y en constante cambio que genera miedos sobre la convivencia de seguir o no juntos. El proyecto de construir una vida en común (bajo un mismo techo o en dos techos, como cada quien lo entienda), implica una experiencia compartida entre dos personas que pasan por fases –enamoramiento, cotidianeidad, lucha de poder, intimidad compartida- en las que el grado de motivación e intereses varía notablemente. En el primer momento de la relación, en el enamoramiento o encantamiento, suelen existir pocos miedos, ya que ambos experimentan mucha sexualidad en la mayoría de los casos y pocos problemas prácticos. En esa etapa, la pareja pone una serie de creencias y expectativas de diferente índole, de mitos relacionados con el amor que les lleva a idealizar al otro y, por tanto, a distorsionar la realidad.
Pasado algún tiempo, llegamos a la fase que hemos llamado de cotidianeidad y lucha de poder, en la que van desapareciendo las creencias idealizadas. Al caer de la nube en la que había instalado, la pareja se encuentra con la realidad de los problemas diarios, con las responsabilidades, con todo eso por lo que nuestros personajes de historias románticas no tuvieron la oportunidad de pasar. Suele ser el periodo en el que la pareja experimenta con mayor intensidad los miedos sobre si vale la pena seguir adelante. Puede aparecer en escena una tercera persona o puede pesar demasiado la frustración de las expectativas de los mitos románticos. De las soluciones que adopten frente a estas dudas dependerá en gran medida, la estabilidad y futuro de su relación.
Muchos personajes tienen la falsa creencia de que vivir en pareja es sinónimo de vivir siempre enamorados. Por eso cuando llegan a la etapa del compromiso, ante el desencantamiento del sentimiento inicial, experimentan dudas y añoran las intensas emociones del principio. Es en esta etapa donde vemos a muchos atorados que viven de la adrenalina de inicios. Es entonces cuando el terreno está  abandonado para que aparezca el nuevo amor, esa persona con la que volver a despertar los sentimientos románticos. Si aparece ese alguien, optan por terminar esa relación e inician una nueva. Obviamente esta experiencia durará el tiempo que tarden en llegar a la cotidianeidad. Pero como decía, a veces no hace falta una tercera persona sino que los miedos responden a la frustración de los mitos románticos construidos al principio. ¿Y cuáles son estos? “Si mi pareja me quisiera de verdad, sería capaz de anticipar mis necesidades, lo que siento y lo que pienso”. ¿Queremos una pareja o un adivino? Es importante saber comunicar nuestras necesidades de forma clara y precisa, sabiendo aceptar que es un auténtico placer que nuestra pareja sepa intuirnos y anticiparse en determinados momentos.
Continuara…

sábado, 6 de octubre de 2012

LOGRAR EL AMOR EN LA RELACION DE PAREJA. II

EL EQUILIBRIO AMOROSO es posible cuando cambiamos la exigencia infantil por la tolerancia madura, cuando sabemos valorar aquello que si nos dan.

El otro como modelo ideal, solo existe en nuestra mente. Le adjudicamos un disfraz que se ajuste a nuestros deseos, algo que ocurre en el proceso de enamoramiento; pero para llegar a amarle de verdad, tenemos que acercarnos a como es, y no solo a cómo queremos que sea. Del mismo modo, la persona amada también está habitada por fantasías inconscientes de las que formamos parte y que hacen que nos ame.
            De esta forma, la relación de pareja se construye en el espacio que va de uno al otro, del inconsciente del uno al del otro. Y, como una construcción espiritual, se eleva, invisible en el espacio intermedio situado entre esas dos personas. Espació que estará poblado por los esfuerzos consientes que, día a día, una pareja realiza para alimentar su proyecto amoroso. No se ama igual al principio de una relación que después de diez años. A lo largo de una unión duradera, cada protagonista cambia física y mentalmente, y atraviesa experiencias que lo renuevan y lo modifican.
            Todo tenemos que sortear algunos escollos en la relación de pareja: sentimientos de ambivalencia, dependencia afectiva, carencias emocionales no resueltas… Superados estos primeros obstáculos, para construir un amor duradero conviene tener en cuenta que, aun en las mejores condiciones Psicológicas posibles, siempre hay que hacer frente a ciertos conflictos y saber que una unión amorosa pide a cada uno de sus miembros que persevere su propia parte de soledad y la respete en el otro. Todos tenemos que valorar las virtudes de nuestra pareja, pero sin idealizarla en exceso, pues se trata de reconocer su personalidad y no de querer poseerla.
            El amor lo construimos día a día, necesitamos tiempo y palabras que lo nombren. No le sienta bien la prisa y necesita espacio mental para alimentarlo con recuerdos y actos. El entendimiento sexual también señala la temperatura de nuestro amor, el secreto depende de una armoniosa combinación entre la regularidad de las relaciones y los imprevistos y fantasías que alimentan el deseo.
             En lo personal yo admiro a las parejas, que habiendo amor después de 10 años de pareja pero el sexo bajo, en vez de terminar la relación, llegan a terapia buscando reactivar esa chispa y pasión sexual que hubo en un inicio. La pregunta es: ¿Se puede después de 10 años de pareja volver a tener la regularidad y fantasías sexuales? La respuesta es Sí, sí se puede. Aunque para que se logre este trabajo al igual que todo en una relación de pareja, es asunto de dos. Ya profundizaré en este tema en un artículo más adelante.
            Nuestra capacidad de amar crece cuando reconocemos los afectos que podemos llegar a sentir, cuando hemos elaborado la relación con nuestros padres y no tenemos demasiadas cuentas pendientes con el pasado; cuando nos hacemos realmente cargo de nuestros deseos, cuando nos cerramos con llave el cajón donde habitan nuestros sueños.

LOGRAR EL AMOR EN LA RELACION DE PAREJA.

Cada uno llega al amor con su propia historia emocional a cuestas. Si buscamos en el otro lo que nos faltó, solo encontraremos insatisfacción. Si tomamos conciencia de nuestras carencias, dejaremos de demandar lo que la pareja nunca puede llenar y podremos construir un amor maduro y duradero.
El Amor (independientemente de lo que cada uno entienda por Amor), es, en gran parte, un misterio que dirige nuestra vida. Por eso por esencia natural lo buscamos, lo anhelamos. Casi todos los sufrimientos están relacionados de alguna manera, a la percepción de no amar o no ser amados. Del placer más intenso podemos pasar al mayor sufrimiento. ¿Es posible alcanzar ese equilibrio que nos evite el desconsuelo? La respuesta es que sí. Pero hay que poner varias cosas más.
Primero tomar conciencia de que al que amamos va a frustrarnos, de la misma forma que nosotros lo decepcionamos. La balanza amorosa se mueve entre lo que el otro nos aporta y lo que no puede darnos, entre lo que nosotros aportamos y lo que no podemos dar. Estamos sometidos a soportar cierta insatisfacción que, lejos de ser mala, sostiene nuestro deseo hacia el otro. Y con lo anterior formamos un equilibrio entre dar y tomar.
Cuando Amamos, lo hacemos doblemente: queremos a la persona que habita fuera de nosotros, pero también la imagen que nos hemos hecho de ella.
Cada miembro que forma una de las dos partes de la relación de pareja, es propietario de un esquema amoroso que le guía en la elección de ser amado. Según sus deseos que pretenda cubrir, le llevarán a generar a alguien que le haga presente lo que ha vivido con placer, aunque también abra marcas de vacío, desamparo, abandono, rechazo ligadas a experiencias remotas de carencia afectiva. Que en la mayoría de los casos tienen que ver directamente con Papá y con Mamá.
Todos creamos una pareja en nuestra fantasía. Creamos multitud de imágenes en torno a él o ella, cada una cargada de amor; aunque también de odio o angustia cuando no responden a nuestros anhelos. Estas representaciones o transferencias a las que está vinculada la persona amada son las que crean un amado que vive dentro de nosotros. Lo hemos dibujado con el lápiz del deseo y ha dejado de ser alguien que vive solo en el exterior. De hecho, cuando amamos, siempre lo hacemos a un ser constituido, a la vez, por la persona exterior y por la imagen inconsciente que fabricamos de ella.
Con Terapia, cada uno de los integrantes de la relación de pareja, ampliaran su mirada para su historia pasada, aceptan a sus padres tal y como son y aquello que no pudieron o no supieron darles. Dejan de sentirse culpables por sus fantasías y deseos. En lugar de seguir esperando lo que había sido imposible durante su infancia, aceptan lo que sí es posible en su madurez. 
Los deseos de lo que queremos ser y compartir con nuestra pareja. Con nuestra pareja siempre encontraran sus límites. El Equilibrio amoroso solo es posible cuando nuestra exigencia infantil hacia el otro se ha convertido en una tolerancia madura que nos permite gozar de aquello que nuestra pareja puede aportarnos.